SE ARMÓ LA CAIMANERA

SE ARMÓ LA CAIMANERA

Algunas personas me han preguntado el por qué en la redes sociales me identifico con la imagen de una CAIMANA. Tengo varios motivos, algunos secretos y retorcidos, otros no tanto, pero para que nadie se quede con la curiosidad aprovecho este espacio y daré cuenta de algunos de esos motivos. Así, cada quien podrá tomar como cierto el que mejor le parezca. Aunque la verdad verdadera, es que todo esto tiene que ver con un cuento que escribi hace varios años, recordando mis andanzas por el Orinoco, y que titulé La Caimana. 

Como una cosa lleva a la otra, en esto de ser curiosa, me he ido topando con historias, cuentos y autores increíbles que tienen como tema a los caimanes y cocodrilos, por lo que que decidí compartir con mis lectores algunos de estos hallazgos. Hay un poco de todo, como en botica, aparte de «mis motivos y anécdotas personales van referencias sobre antiguos mitos, cuentos de espantos y aparecidos: también historias de amor. breves reseñas de libros que me gustan, notas biográficas, datos científicos e imágenes sorprendentemente recurrentes de estos animales en la literatura y en nuestro imaginario. ¡Un verdadera caimanera!

Es oportuna mencionar que todo esto ha sido posible gracias al apoyo de Yanira Calvo creadora de la imagen de la caimana y al de muchas amigas y amigos como Lourdes Fierro, Oswaldo Rosales, Wajari Velásquez y Vladimir Hidalgo L., quienes me han brindado sus conocimientos, creatividad, datos, información y muy buenos ratos hablando sobre caimanes y cocodrilos. 

 

EL CUENTO 

Un dia de esos de erase una vez, como dice mi sobrina, trabajaba para Cinesa filmando un documental sobre el río Orinoco y fuimos a parar a San Fernando de Apure. Allí, entre las historias y anécdotas que nos contaron los lugareños, oímos la de una mujer que había criado a un caimán y que el susodicho bicho, dormía en una bañera. 

Eso no se ajustaba a la verdad de los hechos, pero no tuve oportunidad de comprobarlo y tampoco de conocer personalmente a las protagonistas de la anécdota. Contábamos con el tiempo justo y filmar a un caimán dentro en una bañera no era una opción atractiva. Yo insistí por pura curiosidad, pero Martín Álvarez, el camarógrafo del equipo y conductor del vehículo en el que nos transportábamos, se negó rotundamente. «Será en otro oportunidad, me dijo y salimos de San Fernando. 

Si quieren ver el documental completo «Orinoco, Señor de las aguas», abajo está el enlace de Cinesa. Para variar, en los créditos no aparece mi nombre ni el de ninguna de las mujeres que trabajamos en la película.

Beatriz Bermúdez R. junto a Martin Álvarez en compañía de una de las familias ye'kuana que les brindó cobijo y apoyo durante la filmación de «Orinoco, el señor de las Aguas Akanaña, 1987.


Siguiendo el plan de rodaje, continuamos nuestro camino. Cruzamos en chalana el Orinoco y tomamos la carretera hasta Puerto Ayacucho donde teníamos varias visitas y entrevistas pautadas. Yo no hay caimanes en esta parte del ríos, nos decían algunas personas mientras que otras afirmaban haber visto alguno merodeando por los raudales de Atures. Una de esas visitas pautadas era a la Estación Biológica del extinto Ministerio del Ambiente donde tenian un caiman en cautiverio. Alli nos entrevistarnos con la bióloga responsable de la Estación quien nos presentó a un enooorme y triste caimán enjaulado. Entre otras cosas, la bióloga en cuestión nos comentó que siempre habian creído que se trataba de un caimán macho hasta que, meses atrás, habían encontrado una puesta de huevos en su reducida jaula. Se trataba pues, de una triste caimana en cautiverio de la que hicimos algunas tomas que aún deben estar en el Archivo Fílmico de Cinesa, en Caracas. Por otra parte, para fecha de esta publicación la caimana sigue en el mismo lugar, vivita y coleando.

Este recorte de prensa, que aparece en la página Web que Josef Fischer y Bärbel Saarmann dedicada a sus recuerdos y experiencias en Venezuela, recoge una noticia que titula «Cocodrilos en la bañera» (Krokodilein der Badewanne), en la que se reseña la aventura de unas crías de caimán del Orinoco que Josef capturó en Los Llanos en 1961 y que luego "donó" a un zoológico en Viena. http://members.inode.at/841268/index.html

Volviendo al cuento, el primer borrador de La caimana lo envié para su corrección a Valentina Salas, investigadora, escritora y experta en arte y literatura cuya obra recomiendo. Luego, visto, corregido y comentado el texto por mi sabia amiga y correctora oficial, (soy disléxica y con una pésima ortografía), envié el cuento a varios concursos literarios y también a unas cuantas editoriales sin obtener respuesta alguna. 

Pasó el tiempo y en realidad no sé si sería casualidad, el cosmos o esa de que las ideas "flotan" con su propia energía y van de una cabeza a otra, pero cuando un par de años después de mis envíos sin respuesta vi que publicaban en España un libro con un titulo que conocía bien, me dio un no sé y me dije: ¡Jolenchi, eso no se hace! 

Pero eso es sólo parte de esta historia. Y si quieren seguir leyendo sobre caimanes, cocodrilos y otros temas, ya saben a dónde ir o lo que es igual, pueden volver por aquí.

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