LIBROS Y TEMAS

DE LITERATURA INFANTIL

Cuento que te cuento

Era el nombre que tenía mi primer intento de blog. Era un blog sobre mi trabajo y mis publicaciones, que además incluía algunas entradas sobre el trabajo de otras personas a quienes les gusta crear y contar historias. Tomé el nombre de una de las narraciones cortas que publicara esa gran mujer venezolana que fue Josefina Urdaneta. De esta manera quise rendirle un sencillo homenaje a ella y a muchas otras escritoras y promotoras de la literatura infantil y juvenil (LIJ) en América. Cuando conocí a Josefina, como directora fundadora del Instituto Montecarmelo en Caracas, no pensaba dedicarme a la LIJ ni tampoco sabía que ella escribía. Entonces yo era una joven madre y antropóloga recién graduada que trabajaba vinculada a las organizaciones indígenas. Tarea en la que los libros y el cine eran mis principales herramientas. Años después, coincidí con Josefina como presentadoras de libros en una feria internacional del libro en Caracas y fue cuando descubrí su obra.

Trabajar con los indígenas me ha permitido adentrarme en otros mundos nombrados por lenguas no escritas, universos sonoros, formas de ser y de relacionarse inimaginables para mí hasta entonces. Sin embargo, mi vida profesional no ha sido solo antropología. No he podido, por más que lo he intentado, dedicarme a un solo tema, a una sola disciplina. Mi vida toda ha sido como una montaña rusa con aires de acordeón, con su tira y encoge, música incluida. Un laberinto circular con caminos que se cruzan, se sobreponen o se pierden. En muchos de esos caminos, de subidas y bajadas, con o sin salida, siempre hubo y hay un libro, un relato, un mito, un sueño y una mano amiga…

Porque realmente el “hacer” pocas veces es una actividad individual. A mí se me antoja que en definitiva es la suma de esos sueños y esas manos… Por eso quiero agradecer a Sandra Guevara sin cuya valiosa ayuda ese Blog nunca hubiese aparecido en Internet; a Valentina Salas, cómplice y fuente de inspiración; a mi hermana Elia y a mi hijo Emiliano, siempre empujándome a escribir, a seguir, a insistir. A Wajari Velásquez, a quien conozco desde que nació, colega antropólogo y sabio asesor en estos temas tecnológicos, y por supuesto, a Felipe Muñoz Vergara, creador incansable por cederme algunas de sus ilustraciones. En esta oportunidad debo también agradecer a María Isabel Hoyos, compañera de sueños y proyectos quien le ha dado forma y color a esta nueva presentación. Para ellas y ellos, y para quienes se interesen, van estas páginas virtuales sobre literatura infantil y diversidad lingüística y cultura